miércoles, 20 de marzo de 2013

La institución religiosa actual

La Iglesia católica posee actualmente una serie de entresijos que giran en torno a ella y la hacen diferir bastante de como era en sus orígenes, puesto que nos encontramos con una institución que posee millones de seguidores y ha convertido lo que tradicionalmente desde el principio de los días es el culto y la fe, en un cierto tipo de negocio en torno al que se mueven todos esos seguidores. Y no hay mejor ejemplo que las celebraciones religiosas de nuestros días, utilizadas para rememorar aquellos momentos del pasado, reflejados en la Biblia donde se relata la vida de Jesucristo. Estas celebraciones religiosas van mucho más allá de la austeridad propia de la vida en los años que relata la Biblia, caracterizados por la pobreza. 

Nos acercamos a la Semana Santa, periodo caracterizado por las procesiones que reúnen a los fieles tanto a verlas como a participar en ellas, representaciones de los últimos momentos de la vida de Jesús, reflejados con los pasos que portean los cofrades que participan en ellas. En dichos pasos aparecen las imágenes de los personajes bíblicos tales como Jesucristo o la Virgen María, engalanadas con flores, joyas y trajes de elevado valor, lo que difiere enormemente de los primitivos trajes que llevaban en su época debido a la pobreza característica de esos tiempos.
Otro ejemplo de esto podemos observarlo en las Navidades, cuando todos nos reunimos en copiosas comidas y cenas familiares y nos entregamos unos a otros regalos, con motivo de la celebración del nacimiento del niño Jesús, pero esto resulta paradójico, cuando nosotros hacemos celebraciones por todo lo alto con todo el gasto que ello conlleva pero resulta que Jesús nació en la miseria en un establo.
Por tanto podemos decir que lo que muchos consideran que debería ser culto y fe entendido como las creencias personales, otros lo ponen por todo lo alto convirtiéndolo en muchas ocasiones en un negocio.

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