miércoles, 20 de marzo de 2013

La institución religiosa actual

La Iglesia católica posee actualmente una serie de entresijos que giran en torno a ella y la hacen diferir bastante de como era en sus orígenes, puesto que nos encontramos con una institución que posee millones de seguidores y ha convertido lo que tradicionalmente desde el principio de los días es el culto y la fe, en un cierto tipo de negocio en torno al que se mueven todos esos seguidores. Y no hay mejor ejemplo que las celebraciones religiosas de nuestros días, utilizadas para rememorar aquellos momentos del pasado, reflejados en la Biblia donde se relata la vida de Jesucristo. Estas celebraciones religiosas van mucho más allá de la austeridad propia de la vida en los años que relata la Biblia, caracterizados por la pobreza. 

Nos acercamos a la Semana Santa, periodo caracterizado por las procesiones que reúnen a los fieles tanto a verlas como a participar en ellas, representaciones de los últimos momentos de la vida de Jesús, reflejados con los pasos que portean los cofrades que participan en ellas. En dichos pasos aparecen las imágenes de los personajes bíblicos tales como Jesucristo o la Virgen María, engalanadas con flores, joyas y trajes de elevado valor, lo que difiere enormemente de los primitivos trajes que llevaban en su época debido a la pobreza característica de esos tiempos.
Otro ejemplo de esto podemos observarlo en las Navidades, cuando todos nos reunimos en copiosas comidas y cenas familiares y nos entregamos unos a otros regalos, con motivo de la celebración del nacimiento del niño Jesús, pero esto resulta paradójico, cuando nosotros hacemos celebraciones por todo lo alto con todo el gasto que ello conlleva pero resulta que Jesús nació en la miseria en un establo.
Por tanto podemos decir que lo que muchos consideran que debería ser culto y fe entendido como las creencias personales, otros lo ponen por todo lo alto convirtiéndolo en muchas ocasiones en un negocio.

miércoles, 6 de marzo de 2013

El predominio de los más grandes

La situación política española de los últimos tiempos de democracia está caracterizada por una alternancia en el poder de los dos principales partidos políticos que son los que aglutinan más adeptos, como son el Partido Popular y el Partido Socialista. Por lo tanto, existe en España lo que se entiende como un sistema político bipartidista en el que uno de los dos partidos dominantes vence en las elecciones situándose en el gobierno, mientras que el otro queda en una segunda posición, constituyendo la oposición al gobierno. Esto ocurre de la misma manera en la mayoría de las democracias occidentales actualmente.

Lo que ocurre de esta manera es que el partido que sale vencedor tras los resultados electorales, lo hace con mayoría absoluta y con una gran representación parlamentaria seguido del otro partido mayoritario que queda en la oposición, con una gran representación parlamentaria, mientras que el resto de los partidos, tras los comicios electorales, resultan tener una escasa representación parlamentaria lo que hace que su voz se oiga de manera poco efectiva.Uno de los problemas que ocurren con el sistema electoral español, es que los resultados electorales respecto a los partidos minoritarios, no siempre responden a lo que la mayoría del país decide, debido a la distribución de los votos dentro de cada circunscripción electoral, puesto que en ciertas circunscripciones el peso de algunos partidos sea realmente importante, lo que ha hecho que en las pasadas elecciones generales de 2011, por ejemplo, siguiendo a PP y PSOE, un partido catalán como es Convergencia y Unión, CIU, haya contado con más votos y más representación parlamentaria que un partido extendido por todo el territorio como es Izquierda Unida. Lo mismo ha ocurrido tras estos con AMAIUR, partido del País Vasco, con más votos y representación parlamentaria que Unión Progreso y Democracia, UPyD. Esta situación hace que se dificulte la alternancia en el poder de partidos minoritarios, por lo que convendría más el apoyo a estos.